Mayo se estrenaba con un cielo azul en el que sólo flotaba algunas nubecillas blancas, pero las pequeñas nubes pronto se han ido agrupando hasta cubrir el cielo de gris. Chaparrones intermitentes que no han vaciado las calles; al contrario: cada hora parecía traer más gentes de aquí y de allá, dispuestas a disfrutar del día de fiesta.
También yo he disfrutado caminando sin rumbo fijo, y ésto es lo que me he ido encontrando en mi paseo:
Mensajes sin palabras, palabras sin voz...
Ilusiones fugaces que se nos aparecen disfrazadas de realidades...
Gentes buscando ideas que seguir, gentes mirando ideas que pasan por su lado...
Madrid, como todas las ciudades, siempre está llena de cosas que ver, de mensajes evidentes y ocultos, de vida cotidiana; para sentirlo sólo hace falta salir a darse un paseo por sus calles y sus gentes.